Lo
vi de lo lejos, vendiendo una revista de frente a la Iglesia donde yo iba. Me imaginé que era uno de los chicos de una conocida cooperativa que les da un apoyo para que logren salir de la droga. Se me acercó y, con simpatía, me ofreció el boletín que ya conocía.
Le expliqué que estaba llegando tarde a la misa y que podríamos hablar a la salida. Y así fue. Apenas me vio salir, se me vino al humo. Me detuve sin mirar el reloj, le pregunté su nombre, le conté que estaba recién llegado de otro país y que no tenía moneda local. Comprendió y nos saludamos.
Cuando lo comenté en la casa de los amigos que me hospedaban, me alertaron: “Atento, a esos chicos solo les importa el dinero para gastárselo en la droga … Es mejor evitarlos, no darles nada…”.
Al día siguiente, apenas Pedro me vio a lo lejos, corrió a mi encuentro: “Hola, ¿qué tal?”. Le respondí que estaba buscando un lugar donde cargar la tarjeta para movilizarme en colectivo. “El kiosco está en la otra cuadra, te acompaño”. Me acordé de las recomendaciones de mis amigos. Tal vez pretendería al final una propina. Pero estaba demasiado concentrado en aceptar su compañía y no me cabían en el cerebro otros pensamientos.
Llegamos al kiosco, hicimos la fila y, cuando llegó nuestro turno, nos dijeron que no tenían para cargar. Pedro no se desanimó: “Vamos a la otra cuadra, allí seguro que tienen”. Seguimos caminando juntos y charlando del más y del menos, hasta llegar al siguiente kiosco que tenía escrito un cartel bien grande: “No tenemos carga para tarjetas de ómnibus”.
El tour siguió, siempre con más empuje de su parte, hasta que tuvimos que darnos por vencidos porque nos explicaron que “es lunes y todavía no pasó el chico que carga el sistema”. Pedro estaba más dolido que yo. Le agradecí por su gesto. “Perdiste todo este tiempo por mí y no vendiste ni una de tus revistas, gracias”, le dije con un semi abrazo. “Si venís, mañana volvemos a probar”, me contestó, fijándome con su mirada. Cuando ya estaba lejos, me di cuenta de que no me había pedido nada. Nos habíamos tratado a la par, como dos amigos que no se esperan nada por lo que uno hizo por el otro.
Al día siguiente me tomé el tiempo para interesarme por él. Me contó que, a pesar de su joven edad, tenía dos hijos en la edad escolar, que trabajaba para que pudieran comer y que soñaba con que pudieran tener un buen futuro. Lo escuché con atención. Tampoco esta vez entró el dinero de por medio, era pura relación entre pares.
Regresando, preferí no comentarlo con mis amigos porque temía que me dijeran que era un iluso y que Pedro, tarde o temprano, me pediría dinero. Mientras tanto, preparé –con la complicidad de la empleada de la casa en la que me alojaba–, dos sanguches de jamón y queso que le llevaría al día siguiente.
Pedro recibió mi bolsita sin ver lo que le entregaba, dando más importancia a la amistad que se estaba gestando. Cuando salí de Misa me dijo en passant: “Muy ricos los sanguches, gracias”.
Desde entonces, todos los días nos detenemos unos minutos para conversar. Hasta el día de hoy, cuando le dije: “Mañana parto”. Me miró sorprendido. “¿Adónde te vas?”, preguntó, como si se tratara de un viaje de ida y vuelta. “Regreso al país en donde vivo”, respondí. Se conmovió, me abrazó, y así estuvimos por algunos minutos. “Acuérdate de mí y de mis hijos”, me dijo. Le conté que en el Perú, donde vivo, tengo un gran amigo al que le confío muchas cosas. “Se llama Martín, Martín de Porres, un frailecito muy humilde y muy concreto en el amor, siempre disponible. A él le pediré por ti y por tus niños”.
Nos abrazamos por última vez. Mientras me alejaba, me di cuenta de que en ningún momento el dinero se había interpuesto en nuestra amistad.
Gustavo E. Clariá
Carissimo Gustavo, scusa il ritardo nel ringraziarti di questa bellissima esperienza che tu hai fatto. E’ un ulteriore iniezione di coraggio per costruire nuovi rapporti.
Bellissima la storia … Sei un grande !!!
Bell’incontro con Pedro!!! Grazie Gustavo! Un abbraccio a te, Lut e Eric
Mil gracias querido Gustavo. Es genial como esas pequeñas/grandes experiencias del día a día nos llenan el corazón. Un gran abrazo!
Hola Gustavo. Gracias por compartir la breve historia de Pedro el canillita. Ciertamente las oportunidades están siempre ahí… hay que erconocerlas y vivirlas!
Bellissimo, grazie Gustavo! Tutta la nostra unità e un abbraccio da tutti noi a ttti voi!
Hermoso relato Gustav, también estoy construyendo relación con uno de los chicos que vende bolsas de residuosen la puerta de la Compañía. Gracias Gustavo por compartir, no me queda dudas de que es el camino, más allá de contribuir económicamente. Gracias Gustavo por estar!
Gracias Gustavo! No hay que menospreciar las cosas sencillas de la vida y las relaciones que se construye día a día. Por ahí también, o sobre todo, se maniefiesta el Reino de Dios. Un abrazo
Buenèisimo que estás escribiendo de nuevo! Me encantó el último que leí tuyo.
Grazie, Gustavo, per i bei scritti, che raccontano di Vangelo veramente vissuto, secondo il comando: “Ama il prossimo tuo come te stesso”. Dio ti benedica. Un fraterno saluto, Maurizio e Isabella, con Gemma
Bellissimo Gustavo!!! Che forte!!!
Gustavo ciao. Appena letto questo tuo racconto esperienza! Che meraviglia!!! Grazie! Salutaci Martino di Porres!
Che bell’articolo Gustavo! Pieno di verità e sincera umanità!
Bella Gustavo. Grazie!! Rapporto che riporta all’essenziale, all’amare senza pre giudizi e giudizi… Amore puro… Un abbraccio!
Gustavo, grazie! Ho letto di te e Pedro… come stai? Grazie per aver condiviso con e l’ultimo episodio del tuo blog…
Hola Gustavo, recién entré en tu blog, nunca supe cómo hacerlo. Gracias por tu profunda sensibilidad. Se puede contemplar hasta experimentar una profunda emoción por tu fidelidad a tu Primer Amor.
Muchas gracias Gustavo!
Muy buena tu experiencia, muy concreta.
Encuentros sagrados donde nos reconocemos en el don de una mirada o un gesto, se vive naturalmente la reciprocidad y los prejuicios no existen. Gracias Gustavo por escuchar tu corazón con la mente a su servicio. Pedro necesitaba un amigo
Hermoso! Gracias Gustavo.
Gracias Gustavo, un fuerte abrazo!
Me alegra eso amigo, una bella experiencia para compartir.
Muy buena… una más de tantos Pedros…
Buenos días de Dios, querido Gustavo. Muchas gracias.
Excelente relato. Hay personas que son lo más parecido a los ángeles. Justamente hoy dialogué con una gitana jóven que hace mucho que no veía y entablamos un diálogo muy especial. Me ha quedado la tibieza en el corazón.
Buen día Gustavo, qué alegría leerte! Gracias por compartir tu blog.
Me he emocionado hasta las lágrimas y así eres tú Gustavo. De mi parte, Pedro tu amigo y su familia estarán en mis oraciones. Gracias por compartir tan fraterna experiencia.
Muchas gracias Gustavo por compartir. Abrazo grande y fraterno.
Gracias Gustavo, me encantó!
Gracias! Hermosa experiencia.
Gracias Gustavo! Lindo, se trata de “verlos” con los ojos de Jesús. Un abrazo!
Gracias Gustavo. La verdad muy linda experiencia. Me motivó para un buen inicio de semana.
Bonito, Gustavo. Gracias. Un abrazo.
Gracias mi estimado Gustavo, por el envío de lo publicado en tu blog.
Gracias Gustavo por compartir. Linda experiencia. Enriquecedor.
Muy bueno tu relato, Gustavo. Quiero pasar tu relato al padre dominicano, doctor de bioética.
Preciosa la historia Gustavo!! De lo más bonito que has escrito, y además que nos pasa a todos, que cuando queremos ayudar a alguien no falta quien nos advierta bla bla bla. No dejes de escribir, estás haciendo mucho bien.
Hermoso !!! Gracias por lo que eres!
Gracias Gustavo… buena idea que retomes tu blog. Bellísimo artículo!
Hola Gustavo, qué bueno!!! Sos un grande!!!
Hermoso! Gracias!
Lindo testimonio Gustavo, el moreno San Martín nunca falla, de seguro lo tendrá presente a tu amigo. Saludos!
Muy lindo, Gusti, son verdaderos amigos.
Supongo que es tal cual lo que te sucedió en la Compañía de Jesús.
Gracias, querido Gustavo!
Precioso Gusta! Gracias. Besos a todos!
Qué lindo, muchas gracias por este hermoso regalo! Saludos!
Bravoooo Gusti! Cómo se han constrído relaciones y se han multiplicado en forma. Aplausos desde el cielo. Y qué bueno su permanencia y la continuidad con Pedro.
Buenos días Gustavo, qué lindo!
Bello. Pregherò anch’io per lui.
Hola, qué tal padrino. He leído todo tu libro, me gustó muchísimo Un hermoso momento de Pedro.
Bellissimo Gustavo! Ti abbraccio forte! Grazie!
Interesante Gustavo, muchas gracias!
Qué bien, me preguntaba qué pasaque no leo ni envía link…
Muchísimas gracias estimado hermano Gustavo por compartir tan linda experiencia. Abrazo de Sandra y Raúl.
Guauuuuu me emocionó, gracias Gustavo. Gran detalle para no dejar de desatender a los que necesitan.
Hermosa experiencia de construcción de relaciones superando prejuicios. Qué sensibles son las personas más vulnerables al Amor de Dios!
Hermosa experiencia de construcción de relaciones superando prejuicios. Qué sensibles son las personas más vulnerables al Amor de Dios!
Grazie Gustavo, è bellissima, grazie per tutto!
¡Gracias! Una hermosa experiencia para compartir