Hacerse cargo

Reflexionaba
en estos días sobre dos actitudes positivas que, a primera vista, podrían hasta parecerse.

La primera, abierta, amable, cordial, de empatía hacia quien te pasa cerca; la segunda, que definiría con la expresión “hacerse cargo”.

Mientras más reflexionaba, más se distanciaban en mi mente las dos posturas, casi como si estuvieran separadas por un abismo; tanto me parecían diferentes.

Un joven se hace cargo de una anciana sordo muda.

Me venían a la mente tantas situaciones en las que he observado, escuchado o saludado con simpatía a alguien encontrado durante el día; otras, en las que he probado compasión por una persona descapacitada, anciana, enferma o necesitada de algo; también momentos en los cuales he sufrido intensamente por pueblos enteros martirizados, explotados, humillados, obligados a dejar su tierra.

Todas actitudes sin duda positivas, que ponen en evidencia la capacidad de nuestra especie de alegrarnos o de padecer con o por otro ser humano o porciones de humanidad. Sin embargo, todas estas actitudes no me han desacomodado mucho y he seguido viviendo mi jornada sin demasiados contratiempos.

“Hacerse cargo”, por el contrario, te desacomoda hasta el punto que el otro pasa a ocupar el primer lugar y tus programas -con todo lo que tenías previsto realizar- pasan en segundo plano. ¡Hacerse cargo, lo cambia todo!

Un adolescente lleva el almuerzo a una anciana sola y necesitada.

Encontré la mejor explicación de lo que significa en la muy conocida parábola del Buen Samaritano. Es un relato que no deja margen a diferentes interpretaciones, porque es claro, clarísimo. Se trata de actuar en favor de quien lo necesita, sin que te lo pidan, por libre elección, desde el comienzo hasta el final.

El relato, como se sabe, cuenta de un hombre que cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo despojaron de todo y huyeron dejándolo medio muerto. En la escena aparecen dos viandantes, un sacerdote y un levita, ambos religiosos, quienes al ver al hombre moribundo cambian de rumbo y siguen de largo. Cuando entra en escena el samaritano (considerado pagano por los judíos), el relato cambia completamente porque él “se hace cargo” del desafortunado. Cuenta la parábola: “Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento” (Lc 10:30-33). Finalmente, siguió su camino asegurándose antes de que el dueño de la posada lo cuidara hasta que se recuperase completamente, prometiendo incluso pagar lo que fuese necesario a su regreso.

Un grupo de voluntarios se hacen cargo de una anciana abandonada.

Creo que sea esta la verdadera actitud de quien “se hace cargo”. Una actitud radical y concreta que desplaza tu persona y tus programas para poner al otro en primer lugar, y que está muy lejos de una simple actitud positiva, empática o compasiva.

Además, hacerse cargo del otro no es una actitud religiosa (los dos religiosos siguieron de largo). Es una actitud plenamente humana. Aunque muchas veces tengamos que reconocer que otras especies vivientes la pongan en práctica mejor que nosotros, seres humanos.

Gustavo E. Clariá

Published by Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

62 Replies to “Hacerse cargo”

  1. È così come dici in maniera limpida, come si addice a chi come te la vita l’ha vissuta senza distrarsi. Tutti vediamo le stesse cose, ma non tutti vediamo tutto quello che c’è nelle cose. Prendersi cura è l’essenza del mio lavoro. C’è un’espressione nel mio mondo che mi ha guidato con intensità: alleanza terapeutica. È quel rapporto speciale che si instaura tra medico e paziente, dove il paziente dice – anche senza dirlo – mi metto nelle tue mani e il medico dice – anche senza dirlo – a te ci penso io. È un momento magico, per me sacro, non paragonabile a nessuna altra esperienza. Non sono stato sempre all’altezza di questa vocazione, ma ci sono stati rapporti con pazienti o loro familiari in cui abbiamo sperimentato di vivere in una dimensione più profonda che continua.
    È ovvio che non possiamo comportarci con ogni prossimo vicino o lontano come il samaritano, ma una cosa possiamo sempre farla: lasciarci ferire da ogni sguardo che incrocia il nostro. Quella ferita sarà il segno di riconoscimento nei cieli nuovi e nella terra nuova.
    Grazie.
    Roberto

  2. Gracias Gustavo ! Tu claridad en la experiencia de elegir relacionarte, haciéndote cargo nos ayuda a no confundirnos.
    En la mía, han sido experiencias en las cuales cada una dejó una luz distinta en el corazón, casi sin darme cuenta….
    Hoy, acompañando a mi madre en la ultima etapa de su vida, me parece comprender lo que nos habla del noviciado al Paraíso, Foco.
    Una profunda conversión y purificación de la memoria por la cual reconozco la Belleza que nos atraviesa y espero poder transmitir de algún modo

  3. Caro Gustavo. Molto bella e “nutriente” la tua riflessione… scritta, come sempre, benissimo. Grazie molte! Buona “cura” e auguri di Bene per tutto quello che hai in cuore. 😊🌿

  4. Gracias Gustavo. En este último día de la Palabra de Vida que nos dice de no engañarnos con nosotros mismos, hay que hacerse cargo. Un abrazo!

  5. Me encantó tu reflexión, además porque es muy a tono con lo que enseño en la universidad sobre espiritualidad y cuidados paliativos. Pongo en evidencia la compasión, que es la empatía en acción concreta, como el Buen Samaritano. Es así como tenemos que amar al prójimo. Gracias!

  6. Gracias Gustavo, toda una meditación… Seguiremos tratando de “hacernos cargo”. Si mi padre que tenía apoyo tenía muchas necesidades, cómo será para aquel que no tiene posibilidades. Seguimos y saludos!

  7. Gracias por compartir la reflexión sobre el “hacerse cargo” que has ilustrado tan bien con las potentes imágenes de ayuda a los abuelos del Hogarcito de la Amazonia peruana. (Siempre me conmueven).
    La coherencia de tu testimonio de vida da veracidad al mensaje y me hace valorar el compromiso tomado con esta obra de Dios, para lo cual en este mundo globalizado no hay distancias.
    Hacerse cargo, en el caso del Hogarcito es una valiosa oportunidad de “Aprender a cuidar”, un desafío a enfrentar juntos en estos tiempos.

  8. Hola Gustavo, leí tus reflexiones. Todas muy interesantes (impregnadas de Evangelio y de Ideal). Gracias por compartir. Un fuerte abrazo!

  9. Muy cierto! A mí también me sucede en las pequeñas cosas, en lo cotidiano. Por ejemplo, con mi esposo.
    A veces me parece que lo que “tengo” que hacer es más urgente, o importante que lo que necesita él en ese momento. Y me cuesta dejar todo, perder mi “programa”, y hacerme cargo de eso que Jesús me pide en ese instante, en él: amarlo hasta el fondo, completamente, tal como lo hizo el samaritano.
    No sólo prepararle un té, sino acompañarlo un rato, escucharlo, ayudarlo en todo lo que esté a mi alcance con estos dolores tan fuertes y permanentes que padece. Todavía estoy con el ABC! 🥲☺️
    Gracias, Gustavo, por compartir esta hermosa experiencia. Me hizo mucho bien!

  10. Querido Gustavo, è sempre toccante ed incoraggiante ricevere tue notizie della Casa Hogarcito e le vostre attività per gli “ultimi” della società.
    Un grande GRAZIE per la condivisione e soprattutto per l’impegno tuo, di Javier e Jenny e molti altri.
    E’ la strada nostra, quella di “praticare” il messaggio di Gesù.
    Spero che tu stia bene, di salute e di spirito. E’ intensa la tua vita…
    Qui tutto bene. Cerchiamo anche noi di fare la nostra parte.
    Ti mando un caloroso abbraccio, continuiamo uniti la nostra divina avventura.

  11. Molto bello Gustavo. Certo, però mi chiedo: nel mondo di oggi, dove ad ogni angolo della strada c’è qualcuno che avrebbe bisogno di noi, come possiamo conciliare questo “prendersi cura” con il compiere la volontà di Dio che ci viene chiesta come lavoratori, padri, mariti, figli, etc…
    Intendo dire che, se dovessi prendere alla lettera questo “prendersi cura”, ogni giorno il programma che dovrei svolgere sarebbe scombinato: arriverei tardi al lavoro (quindi verrei meno al mio dovere), a casa (dove non potrei aiutare mia moglie), etc…
    Così, per condividere 👍

    1. Hai ragione, infatti ieri uno mi ha scritto, “bisognerebbe essere Madre Teresa”! Eppure Gesù non presenta al Buon Samaritano come una Madre Teresa, ma come un semplice uomo che, davanti a un imprevvisto, è capace di spostare i suoi programmi per farsi carico dello sfortunato. Ma poi segue la sua strada “per fare la sua volontà di Dio”. Credo che valga l’atteggiamento di essere pronti a mettere l’altro prima di noi, mentre facciamo la volontà di Dio. Ad esempio: mentre assumi la tua parte di sposo, mettere prima lei; mentre lo fai come padre, mettere prima i tuoi figli; mentre fai il tuo lavoro, essere attento a chi ti sta accanto pronto ad ascoltarlo, o semplicemente far che si senta bene … Se ci pensi, questi atteggiamenti li facciamo dalla mattina alla sera, eppure non siamo delle madri Teresa! E’ l’atteggiamento di fondo che cambia tutto, anche la nostra giornata. Grazie per costringermi ad andare avanti nella mia riflessione, mi sembra che riesco meglio così a mettere in pratica il “prendersi cura” in un modo più realista e quotidiano.

  12. Coincido en que hacerse cargo del otro no es una actitud religiosa, sí probablemente humana, aunque me parece que ese ser humano no sería un tipo común, uno cualquiera de nosotros, sino más bien alguien bastante parecido a la Madre Teresa.

  13. Hermoso y muy importante Gustavo! Y el gesto del Buen Samaritano es un buen ejemplo, pero también me trajeron a colación otras dos imágenes o expresiones muy claras: “el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí” y “hacerse cargo” como humano y a nivel social, cargar la mochila y enfocarme en el otro.

  14. Qué linda reflexión, Gustavo! Para mí, particularmente, el “hacerse cargo” me modeló mucho en mi vida. Y es un tema recurrente. A veces pienso que el destino de la humanidad hubiese sido otro cuando Dios le pregunta a Adán “porqué hiciste eso?”. Adán se desentiende. No se hace cargo: “la mujer que me diste me engañó”. Y la mujer, exactamente igual: “la serpiente me sedujo”. No se hacen cargo! No sé si es muy teológico lo que digo … Pasé momentos difíciles, pero logré hacerme cargo y mirá cuántos regalos nos está haciendo Jesús!

  15. Es tal cual como decís, lo que siempre siento, y vos los ponés en palabras con una manera tan linda, que llega tan bien. Gracias por mandármelo, pues me hace bien pensar que no soy la única que piensa así. Es una caricia al alma, gracias!

  16. È proprio un esempio concreto sugli effetti del “passaparola dell’arte d’amare”!
    Grazie Giov per aver condiviso la tua intensa esperienza con la comunità che portate avanti, costi quel che costi: il progetto dell’Hogarcito per gli anziani. Da una parte e dall’altra, la sofferenza che hai vissuto in prima persona, per gli effetti che provocano certi governi in alcuni paesi del cono sud.

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