Club Los Amigos

Nuestra
casa tenía un gran jardín y en el fondo había un depósito y un gallinero. Cuando éste último dejó de cumplir su función por la extinción de las 5 gallinas que lo habitaban (extinción ligada a una historia que contaré en otra ocasión), nos presentamos a mi padre para pedirle la autorización de utilizarlo como sede del club que queríamos iniciar.

Un gallinero parecido en el fondo del jardín.

Éramos 4 los que formábamos la comitiva que fue al escritorio de papá para hacer la petición. Él accedió con la condición de que primero se desinfectara y que, luego, lo limpiáramos a fondo. Yo tenía 12 años, seguían mis dos hermanos menores y otros 4 amigos. Fue así que inauguramos el “Club los 7 amigos”. El número lo tachábamos y lo cambiábamos cada vez que se agregaba otro amigo; hasta que, viendo que el número de “socios” seguía creciendo, decidimos por unanimidad quitarle el número. Se llamaría, simplemente, “Club Los Amigos”.

Con mis compañeros del San José. Soy el tercero de la izquierda, en la penúltima fila. Foto © Gustavo Clariá

Sustituímos la tela de alambre del gallinero con maderas clavadas una a la otra, que formaban así una especie de pared, con una de las tablas que se abría y un hueco como ventana. Pintamos todo de azul marino … Limpiamos al máximo el patio de ladrillos del ex gallinero, donde crecía una hermosa higuera, y pusimos un mástil con la bandera del club. Tenía el fondo azul marino (se ve que nos gustaba) y una gran estrella amarilla al centro. La izábamos antes de comenzar la reunión cada viernes a las 6 pm, cuando se suponía que habíamos terminado de hacer nuestras tareas.

Fueron muchas las iniciativas que promovimos, a pesar de ser tan chicos: campamentos, carreras de autitos, campeonatos de fútbol, kermeses para recaudar fondos, guitarreadas, recolección de libros y revistas para la biblioteca del club, de juguetes para llevar a la Casa Cuna … Mi cabeza, durante las lecciones en la escuela, era una maquinita acelerada de ideas que trataba de espantar como si fueran moscas para atender a mis maestros; pero no veía la hora de llegar al club para comunicarlas a mis amigos y ver cómo realizarlas.

Leyendo mi adhesión a la Congregación Mariana. Foto © Gustavo Clariá

Me ayudaba el hecho de haber participado de varios grupos ya desde pequeño. Gracias a mi madre, participé a los 7 años de la Legión de María, luego de la Congregación Mariana, fui Boy Scout a los 11 y conocí a los Focolares a los 13 años. Todas estas experiencias, las transmitía a mis amigos traducidas en iniciativas adecuadas a nuestro club. Creo que, en total, pasaron por el club unos 50 chicos.

A mis 15 años, cuando comenzaban a nacer los primeros amores, mi compromiso en el club en medio de tantos amigos casi todos más chicos que yo, entró en conflicto. El club detuvo su febril actividad, pero las hermosas experiencias vividas pasaron a ser parte de nosotros. ¿

Algunas coincidencias con lo que me depararía mi elección de jugarme la vida por la unidad, para que se realice el sueño de Jesús “que todos sean Uno”, el mundo una familia: nuestro saludo, al estilo de los boys scout, era “¡Los amigos siempre unidos!”, recalcaba la unidad; al mismo tiempo, participaban del club amigos de clase media, algunos de familias ricas y también de familias humildes: todos eran candidatos a ser  parte del club. Curiosamente, la bandera tejida mano por nuestra querida tía Chocha, era exactamente igual a la de las ciudadelas de los Focolares; lo descubrí años después. Otra simpática: nuestro club nació en un gallinero, como el primer focolar masculino en Trento …

Pero tal vez la más significativa es la frase que Chiara Lubich me indicó como programa de vida: cuando, en el Evangelio de Juan, Jesús por primera vez llama “amigos” a sus compañeros (Jn, 15,15). ¡Amigos de Jesús! La amistad “en Cristo”. Vivir para generarlas. ¿Existe algo más hermoso?

Gustavo E. Clariá

 

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Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

21 Risposte a “Club Los Amigos”

  1. Grazie Gustavo riflessioni sulla ripresa “post covid” condivise e sagge. La Pandemia ha immesso in noi un senso di debolezza e paura verso in nemico invisibile ke poteva e puo colpire ognuno. Sembra tutto nuovo ed incerto cn dubbi sul futuro x la stessa incertezza di oggi. Sono certo che nel vivere bene il presente c’è la possibilità di costruire bene le basi socio economiche del futuro. Grazie bn week end Stefano

  2. Eh si Gustavo, speriamo davvero che questa pandemia ci renda migliori… anche noi abbiamo vissute le stesse sensazioni, adesso con la riapertura quasi totale sembra che la gente abbia subito dimenticato quel bisogno di fratellanza… Noi però continuiamo a crederci 😀💪👍

  3. Volevo solo dirti che è stata bella la storia del Club degli Amici. È una belissima storia d’infanzia. Potresti scrivere un libro Che raggiuge bambini e adolescente incoraggiandoli a realizzare i loro sogni. ( Te lo dico questo perchè da quando ero piccola leggevo molte storie di santi e cercavo d’ imitarli. Ancora Oggi cerco a rispecchiarmi in loro). Tuo libro sarà una ricca lettura di un autore che, alla luce dell’ideale dell’unità, certamente lo Spirito Santo gestirà le tue mani per scrivere ciò che Dio vuole.

  4. Lindo Gustavo, desde muy temprana edad el Señor ya tenía designado tu hermoso camino hacia la santidad.

  5. Bellissimo Giov grazie e quante coincidenze ……….!! Evidentemente tutto era già segnato per il tuo futuro ! 😃😃😎😎😷😜👋🏻👍🏻

  6. Che bello! Leggere le tue esperienze è molto bello! Riesci a cogliere sempre l’essenziale delle cose, Gustavo! Ogni racconto è molto intenso, grazie! 😊👍

  7. Gusti, qué hermoso! Realmente es increíble como lo has cerrado con las palabras bíblicas de la amistad, cuando Jesús los llama amigos. Divino! Además está una reconstrucción que me ha hecho recordar tantas cosashermosas. Un joyita, una perlita. Muy bueno Gusti! Cada vez mejor … me encantó!

  8. Bellisima tu historia Gustavo. Leerlas me da mucha alegria.
    Un abrazo y que tengas un lindo dia.

  9. Hermosos recuerdos!!! Qué linda historia, verdaderamente la amistad con Jesús en medio se fortalece aún más.
    Un abrazo querido amigo

  10. che forte !!!!! pure noi avevamo un pollaio che ha dato luogo ad un piccolo palco dove facevamo delle scenete, un circo, ecc.
    ma a noi ci piaceva fare la guerra con delle fionde, però mai con dei sassi, ma piuttosto dei semi che erano morbidi quindi non facevano male.
    Si giocava al pallone con tutti i vicini. Ed ho conosciuto Chiara Lubich alla stessa età. 13 (il numero porta fortuna in Brasile 🙂 )

  11. Qué bueno tu escrito!!! Antes de que explicaras la coincidencia de la bandera azul con la estrella yo ya la había advertido. Y realmente cuántos signos. Es una experiencia infantil muy bonita!! Pienso que es un material adecuado de lectura para los chicos en la escuela..,como docente pensé en eso. Lo publicaste en Ciudad Nueva? Tenés que pensar en un libro donde recopiles todos estos escritos y son espectaculares como material de formación y lectura en las escuelas. Yo me ofrezco como presentadora de tu libro!

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