¡Qué bueno es que los hermanos vivan unidos!

Desde
hace diez días estoy en Buenos Aires. Vine para acompañar a mi hermano mayor, Arturo, internado por tercera vez por su delicado estado de salud. Vine siguiendo un impulso interior, confirmado por mis hermanos del focolar de Lima en donde vivo.

San Telmo, un barrio característico de Buenos Aires.

Me recibieron los focolarinos de Buenos Aires, por lo que para mí fue como cambiar de habitación: de mi casa en Perú a mi casa en Argentina. No logré convencerlos de que no era necesario que me buscaran en el Aropuerto, que podía arreglarme solo. Tampoco pude evitar que me brindaran todas las comodidades para que estuviera bien y me sintiera realmente en mi casa, mientras me ocupaba de mi hermano Arturo, focolarino casado, junto con su familia.

Jorge (Lionello) Esteban y Angelo de visita a la casa de Arturo (a la derecha).

Fueron días muy intensos al lado de mi hermano atado de un hilito a la vida. Mientras lo acompañaba –una de las tantas noches– trataba inútilmente de ayudarlo a que se durmiera. Arturo estaba confundido, (efecto de los medicamentos), no sabía dónde se encontraba y no sabía quién era yo. Miraba su delgado cuerpo, crucificado por las jeringas y los tubos, herido en su dignidad de persona, expuesto al tratamiento de médicos y enfermeras, aunque ejercieran su trabajo con respeto.

Arturo me ponía constantemente en lo esencial: él, solo, de frente a Dios, de frente a “su cáliz” que todos quisiéramos apartar. Arturo se identificaba con el hombre sufriente, con Jesús crucificado y abandonado. Y yo quería hacerle sentir mi cercanía, tranquilizarlo, acariciarlo (nunca lo había hecho…), explicarle su situación … pero me daba cuenta de que no agregaba nada a su soledad con Dios, ni a su pedido silencioso que alejara este amargo cáliz.

Con Magdalena, una de las hijas de Arturo y Josefina.

El jueves tenía previsto mi viaje de regreso a Lima y ya estábamos en la mañana del miércoles. ¿Me iría dejándolo en esa condición de desorientación, de fragilidad, en manos de los médicos y enfermeros (gracias a Dios) y con su fiel esposa y maravillosos hijos agotados por los largos días pasados en el hospital haciendo turnos para acompañarlo?

Esa misma mañana se presentó, como siempre, el equipo médico y, a sorpresa nuestra, dispuso el alta para Arturo. Su situación permanecía delicada, pero los parámetros vitales estaban en orden, había ya superado la fase del Covid y, en su casa, tenía una cama ortopédica y una silla de ruedas.

¡Podía regresar!, y yo partir con la tranquilidad de dejarlo en una situación mejor. Con esa alegría y emoción nos despedimos, ayer a la tarde: nos abrazamos, me susurró una frase inédita para nosotros, hermanos varones: “te quiero mucho”. Me emocioné, se me hizo un nudo en la garganta.

Salimos con Paolo, hermano italiano del focolar de Buenos Aires, hacia el Aeropuerto. El vuelo estaba en horario, pasé el control sin dificultades, nos embarcaron y subimos al avión. Allí comenzaron a pasar las horas … cinco  horas en la pista sin que nadie nos explicara qué estaba pasando. Finalmente, el piloto anunció que el vuelo estaba cancelado “por maltiempo”, que en realidad ninguno de nosotros veía.

El personal de la Compañía aérea brillaba por su ausencia. Desde Migraciones se cansaron de llamar sin obtener respuesta. Entonces, nos hicieron salir sin algún control y nos quedamos en la nada de la noche porteña, frente al Río de la Plata, yo sin señal en el celular peruano y a merced de los taxis que esperan situaciones de este tipo para finalmente cobrar en dólares cifras exorbitantes. Yo había consumido hasta el último peso local en comprar algo para mis hermanas y hermanos del focolar de Lima, porque la moneda argentina no vale nada fuera del país.

Con los focolarinos de Buenos Aires.

Antes de dejar el aeropuerto, alcancé a enviar un mensaje por WhatsApp al focolar de Buenos Aires. Uno me respondió al toque. Estaba dispuesto, a medianoche, a venir a buscarme. Le dije que era suficiente que me esperara con pesos argentinos para pagar el taxi y evitar, así, hacerlo en dólares.

Llegué “a casa” y allí estaba en la puerta Luca (otro hermano italiano) con el dinero para el taxi; y habían de nuevo preparado mi cama con sábanas nuevas y algo para cenar.

Mientras trataba, luego, de dormirme, pensaba en los pasajeros que, a diferencia de mí, no tendrían donde pasar la noche: entre ellos parejas con niños pequeños, ancianos, algún descapacitado…

Mayo de 2022. Con Arturo y su numerosa familia.

Me desperté, hoy, con una frase en el alma: “¡Vean cuán bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!” (Sal 133-1). Sí, Dios me dio, además de mi numerosa y querida familia de sangre, una aún más grande de hermanos verdaderos: cien casas, cien padres, cien hermanos y hermanas… Gracias a ellos, y a una insólita cancelación de vuelo, puedo quedarme dos días más junto a mi hermano enfermo.

Gustavo E. Clariá

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Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

82 Risposte a “¡Qué bueno es que los hermanos vivan unidos!”

  1. Muy fuerte la experiencia y también muy motivante. También es una linda demostración de vida de focolar con plenitud.

  2. Grazie Gustavo, veramente una bella esperienza … Un abbraccio dalla Tahilandia dove siamo per un breve periodo con Leonardo che lavora qui dal novembre scorso!

  3. Hola Gus, aquí trasnochando y “viviendo” tu hermosa y dura experiencia… Sabía que estabas allí y me lo contaron con un gusto especial…!Con Arturo hemos vivido muchas cosas juntos, muy cotidianas, muy profundas. Gracias Gus por ayudarme a “parir” esta vivencia…

  4. Gracias Gustavo!! Te aseguro mi unidad y si fuera pertinente le das un saludo afectuoso y agradecido a Arturo de mi parte. Con Gloria fuimos en 1988 a consultar con él. Abrazo!

  5. Gracias Gustavo!!! Sos un genio para escribir y describir narrando tus experiencias. Qué gran Don que Dios te ha dado !!! Me habías comentado en su momento de su enfermedad. Gracias mil!!!

  6. Hola Gusti, muy bueno el blog, realmente! Arturo … un maestro. Unidos en el Amor. Le gustó mucho a tus lectores. Abrazo fraterno!

  7. Qué conmovedor relato y cómo Dios Padre actúa, leyendo el alma de cada uno de sus hijos. Debías permanecer un día más con tu familia de sangre y tu familia focolar, una experiencia que enriquece el alma a quien lo lee, nos mueve las fibras del corazón y nos hace uno vivir ese momento lleno de amor.

  8. Gracias Gustavo por compartir tan bello y fuerte testimonio contundente! Fue imposible no compartir contigo tu emoción y sentimientos. Abrazo gigante y me alegro de que la salud de Arturo, a quien conocí y compartí unos meses de convivencia fraterna en el focolar de Tucumás en el 1970, sonde también encontré una familia con 100 hermanos, cien padres, cien casas … y que me hizo crecer y a prender a ser feliz a través de los demás!

  9. Lindísimo relato, me ha llegado a mi alma desgarrada por tantos cambios de este último período. Qué hermosa experiencia querido Gustavo. Yo también estoy muy probado en mi santo viaje.

  10. Grazie Gustavo di questa esperienza così profonda e personale. Uniti nell’Ideale e nelle preghiere anche per tuo fratello 🙏

  11. Bellísima experiencia querido Gustavo, con un grupo de hermanas oramos el Santo Rosario y en nuestras intenciones está Arturo. Que el Señor alivie sus dolores y se haga su Voluntad en su hijo muy querido. Un abrazo y bendiciones!

  12. Una bellissima esperienza, Giov. Ho rivissuto l’esperienza che ho fatto un anno fa con mio fratello Giovanni. Un grosso G.A. per me in quel periodo… Grazie!

  13. Hermoso Gus, qué más puedo decirte, estoy sin palabras, la emoción que siento me impide siquiera pensar, solo me viene de agradecer a Dios por poner personas como vos en mi camino que tanto bien nos hacen y son la luz en este mundo tan oscuro. Yo también, como Arturo, te quiero mucho.

  14. Gracias Gustavo, leer tu experiencia hace que levante los ojos al cielo y le agradezca por los hermanos que Dios nos dio, por los de la misma sangre y los que nos regala en el Ideal. Gracias!

  15. Gracias Gustavo por compartir tu experiencia tan llena del amor de Dios y también saber como va tu hermano. Gracias por considerarme familia!

  16. Qué hermosa alma que Dios te dio y supiste decirle que Sí a nuestro único todo! Bellísima experiencia junto a Arturo y su familia! Rezamos por el regalo que representa la familia de Arturo y esta gran familia!

  17. Seguimos rezando por Arturo! Hermosa experiencia del infinito amor de Dios que tocan con mano de un modo especial los hijos de Chiara.

  18. Hola Gustavo, muy linda la experiencia con Arturo! Muchas gracias por comunicarla. Son momentos sublimes, y sobre todo cuando se expresa el amor verdadero, auténtico!

  19. Hola Gustavo, gracias por compartir esta experiencia! No sabía que habías estado en Argentina. El título de tu experiencia coincide con la palabra de vida que me dió Chiara cuando vivía en la casa Gen de Turín! Saludos!

  20. Bellísimo relato … Me recuerdo que Bea comentó que Arturo estaba con Covid. Qué hermosa familia tiene, todos unidos como de ser. Beso y abrazo enorme!

  21. Querido Gustavo, gracias por este hermoso testimonio que nos permite recuperar el valor profundo de la fraternidad y darle gracias a Dios por hacernos abundantes en ella. Un abrazo fuerte!

  22. Gracias Gustavo por compartir esos momentos bastantes complicados: pero con la ayuda de María todo salió bien! Yo te he seguido, paso a paso, primero con la Misa y luego, durante el Rosario, apenas nos comunicaste que le habían dado de alta. Bendiciones!

  23. Qué bueno Gustavo. Me alegro de que Arturo haya mejorado. Dale mis saludos y dile que participé de la primera Mariápolis de Paraguay gracias a que le escuché hablar a él en la platea de Radio Cáritas. Seguro que se recuerda.

  24. Gustavo querido! Recibo este compartir en el día de la Exaltación de la Cruz … con un deseo ardiente de visitar a Arturo, si fuera posible. Él para mí (como para muchos) ha sido luz en el camino.

  25. Paz y bien Gustavo. Un poco más y me haces llorar! Gracias por estas cosas que nos regalas. Un abrazo! Que el Señor le dé fortaleza a tu hermano Arturo, de poder soportar este dolor y a su familia.

  26. Hola Gustavo, acabo de leer tu experiencia, gracias de corazón, los hermanos de sangre siempre ayudan a dar los pasos hacia los demás hermanos!

  27. Gracias Gustavo, me ha gustado mucho tu experiencia. En estos días en los que estoy de vacaciones en México (donde he vivido 35 años y después de 7 años que me fui) estoy experimentando esta misma experiencia: un encuentro con hermanos y hermanas muy queridos y con los que experimento cada día que los lazos de fraternidad que nos unen van más allé del tiempo y la distancia. Seguimos rezando por Arturo!

  28. Muchas gracias, hermano, por compartir esta profunda experiencia. Me emociono y te digo que te quiero a vos y Arturo. Me han dado mucho y siempre están en mi alma y corazón.

  29. Grazie Gustavo. Uno con te, soprattuto oggi che è la festa dell’esaltazione della Santa Croce. Oggi Tiziana ha subito un piccolo intervento e sono stato con lei in ospedale. Ho così potuto vivere un’esperienza di aiuto e accompagnamento simile a quella che racconti tu. Quindi, Uno!

  30. Muy lindo Gusti, se ve que fue fuerte e intensa tu experiencia con Él. Me da fuerzas para poder ofrecer las propias incomodidades.

  31. Bello, Gustavo!! Auguri per Arturo con preghiere per lui. Tu e lui, la doppia fraternità : di sangue e di anima. 🙏

  32. Commovente la tua esperienza con Arturo, mi hai fatto rivivere la mia esperienza con Martita. Si, come è bella la nostra famiglia di sangue e del Ideale!!! Grazie per condividerla!!👍

  33. Grazie, Gustavo!
    Abbiamo letto insieme. Davvero esprime l’amore e la tenerezza di Dio x Arturo e per tutti voi di famiglia . Assicuriamo preghiere e unità. Ci sembra di ricordare che Arturo e sua moglie siano venuti a un Family Fest ( forse 81 o 93)

  34. Carissimo Gustavo, grazie per avere condiviso questo momento così particolare della tua vita. In quel “ti voglio tanto bene” di Arturo, c’è tutto l’amore e la gratitudine per te, per avere portato insieme a lui la croce di questi giorni così dolorosi. Grazie Gustavo! Anch’io ti dico, con tutto il cuore…ti voglio tanto bene! 😘

  35. Grazie Gustavo, mi hai toccato il cuore e messovi ancor di più Arturo per il quale continuo a chiedere al Padre che rivolga a lui il Suo sguardo pieno di tenerezza e alla famiglia, segni del Suo amore. Nella preghiera che ci unisce, esprimo tutto il mio affetto e partecipazione a questo momento così intenso.
    Grazie di cuore!

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