Cristian y Nueva Vida

Lo
encontré en la cocina del Centro social “Nueva Vida”, en un barrio marginal de Montevideo. ¿Qué hacía un hombre joven en la cocina del Centro, rodeado de mujeres y con un aire de encontrarse fuera de lugar? Me llamó la atención y, en un gesto solidario de género, me acerqué para ofrecerle compañía.

De izquierda: Ruben, Beni y Cristian con las niñas (hace 20 años)

“Hola, me llamo Gustavo y tú?” “Cristian”, me respondió con una mirada perdida y la falta casi completa de los dientes anteriores.
“¿Qué te trae por aquí?”, osé preguntarle. Me explicó que tenía a su cargo dos pequeñas niñas, una suya y la otra de su excompañera que se había esfumado sin dejar huellas más que su propia hija. Y que estaba allí, dispuesto a dar una mano en la cocina –aunque se sintiera incómodo–, con tal de obtener algo para alimentar a sus niñas.

No me sorprendí por la complejidad de la situación, no era la primera vez que me encontraba con hechos de este tipo. Lo que sí me pareció sorprendente que fuera él, el padre, quien había asumido la responsabilidad de las dos niñas. Hasta ahora siempre había visto a la madre quedar a cargo de los hijos y un padre desdibujado, olvidado o desconocido. Cristian era una excepción. Me puse en su lugar y sentí frío: qué coraje el de Cristian, pensé, y desde entonces me propuse acompañarlo y ayudarlo lo más posible, según las posibilidades que brindaba nuestro Centro.

Le pregunté si tenía un trabajo y, como toda respuesta, me mostró su boca desdentada. Comprendí lo que evitaba decir: ¿quién lo emplearía en ese estado? Había que comenzar por arreglarle la boca, restituyéndole de algún modo los dientes perdidos. Recordé a un amigo dentista, muy solidario, que aceptó hacer el difícil trabajo de reconstrucción de su boca; solamente habría que cubrir los gastos del material que no eran poco, pero en breve ya teníamos lo necesario y Cristian recuperó su aspecto y su confianza. Encontró un trabajo en un taller y las cosas parecían encaminarse bien. Cada día llevaba a las niñas a “Nueva Vida” para que comieran y también él comía con ellas. Ayudaba, luego, a lavar los platos y se marchaba con una bolsa de víveres no perecederos que le ofrecían las mujeres de la cocina.

Delim, Iván y yo con un grupo de chicas y chicos de Nueva Vida.

Solucionado el tema de su boca y del trabajo, le pregunté cuál era su necesidad más urgente. Me invitó a su “casa”, pero me advirtió que era peligroso entrar solo en esa zona, por lo que él me esperaría afuera de la favela y me acompañaría hasta su “casa”. Así fue. Allí estaba a la hora establecida esperándome en la entrada, al lado del Cementerio. Recuerdo que me impresionaron los hilos de agua que bajan lentamente desde el campo santo. ¿Se mezclarían con el agua escasa que llegaba hasta la favela? Decidí no pensar. Me hizo señas para que lo siguiera. Nos sumergimos en una especie de hormiguero humano, más parecido al infierno que a la tierra. Rostros extraviados, viviendas de lata o de cartón, ausencia total de sanitarios, de luz, de todo … Perros pulguientos en los basurales, mezclados con los niños y sus madres… Prefiero no seguir. Llegamos hasta su “casa”. Era un pequeño mono local de piso de tierra, techo de zinc y paredes de madera.

“Esta es mi primera urgencia –me dijo–, necesito dividir el espacio en dos habitaciones: una para mis hijas y la otra para mí; sabes, aquí en la villa corren voces … Yo solo, con dos niñas … ¿Entiendes?”.

¡Sí, Cristian!, quería gritarle, aturdido por el panorama dantesco que me rodeaba y por un fuerte sentido de empatía que me hacía sentir, casi, como si yo fuese él. “Claro que te entiendo”, atiné a decir. Agregó que soñaba con construir un bañito para su vivienda. No tuvo que decir mucho más. Al día siguiente estábamos él, un amigo ingeniero y yo, tomando las medidas y haciendo el planito del baño con una previsión de costos. Con 800 dólares se lograría hacer la división y agregar el baño; la mano de obra la pondría él mismo y un amigo mío albañil.  Los trabajos se encaminaron, mientras yo me ausentaba por unos meses por motivos de trabajo.

Cuando regresé, apenas pude lo busqué. Nos dimos cita, como siempre, en la entrada de la villa, al lado del Cementerio. Tenía una mirada distante, había perdido varios quilos, más que hablar tartamudeaba, era difícil reconocerlo. ¿Qué había pasado?

“¿Cómo estás, Cristian?”, le pregunté. No lograba mantener la mirada hacia mí, estaba como confundido. Me dispuse a acoger lo que fuera y no me iría hasta que se expresara. Con dificultad empezó a contarme que había caído en la droga, la “pasta base” (la droga asesina de los pobres), altamente tóxica, que genera fuerte dependencia y que destruye el cerebro en pocos meses.

“No sé por cuánto tiempo aún lograré hablar contigo, ya me cuesta mucho saber dónde estoy parado. Mi madre se hizo cargo de las niñas, yo tengo muy poco tiempo por delante”. Sentí que se me caía el mundo. Todo lo que habíamos hecho se esfumaba y Cristian se nos iba … Me repuse, recordé a mis amigos del Centro de desintoxicación, tal vez todavía se podía hacer algo.

Con Rubén, otro amigo, lo acompañamos la primera vez y fue bastante bien. Estaba contento y con una nueva esperanza. Desde el Centro le fijaron una cita semanal. Cada jueves Rubén pasaría a buscarlo en la entrada de la villa y lo acompañaría hasta el Centro.

Otra vez mi trabajo me llevó lejos de Montevideo. Cuando regresé, Rubén me anunció lo que nunca hubiera querido escuchar: Cristian ya no estaba en este mundo, ya no sufría …

Chicos y chicas de Nueva Vida, hoy.

El sábado pasado celebramos los 20 años del Centro “Nueva Vida”. Veinte años de generosa actividad en beneficio de muchos jóvenes y adolescentes, junto a sus madres y a muchos más. Cristian, desde el Cielo, habrá celebrado con nosotros, agradecido por los tantos Cristian que, gracias a la extraordinaria labor cotidiana de los voluntarios del Centro, pudieron tener la posibilidad de abrirse a una “nueva vida”.

Gustavo E. Clariá

Visits: 363

Condividi

Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

47 Risposte a “Cristian y Nueva Vida”

  1. Sono tante le belle esperienze che si fanno tra noi. Dio sarà contento. Cristian certamente sarà arrivato in Paradiso. Bell’esperienza Gustavo!

  2. Tu experiencia con Cristian nos pone a pensar que como tu ejemplo podemos hacer un poquito por nuestro prójimo. Realmente son fuertes tus experiencias.

  3. Acabo de leer tu experiencia, es muy fuerte. Queda el amor plasmado que uno ha dado. Gracias por tu experiencia. Un abrazo grande!

  4. Buongiorno Gustavo
    Finalmente stamattina sono riuscita a leggere questa storia
    Ciò che mi colpisce in questi tue esperienze, è come lo Spirito Santo ti suggerisce ciò che devi fare e poi grazie sempre ai tuoi tanti amici riesci a sollevare i problemi del prossimo.

  5. Muy fuerte, Gustavo. Gracias por tu cercanía a Cristhian. Me recuerdas al Jesús histórico que tuvo amor de predilección hacia los más vulnerables!. Uno siempre!

  6. Hola. Ayer leímos la historia que nos enviaste. Gracias por compartirla!
    Por otro lado aca Oscar te pregunta cómo haces para estar tan cerca de cosas tan fuertes y seguir adelante.

    1. Para mí todos los dolores, las personas que sufren, son un rostro de Jesús en la Cruz que grita (a su Padre) “Por qué me has abandonado?” y no tiene respuesta. La respuesta es Él mismo con la resurrección. Cristian es un rostro Suyo, así me relacioné siempre con él. De allí nace mi serenidad y certeza de que Cristian está con Cristo y con Él resucitará, como un día todos nosotros.

  7. Grazie Gustavo di questa esperienza “forte” che mi rimette nell’Essenziale.
    Ti abbraccio e ti dichiaro il Gim per questo nuovo anno 👍🙏

  8. Hola Estimado GUSTAVO GLARIA.. QUE LINDA EXPERIENCIA CON IVAN EL MEJICANO !!! EL QUE PREPARAVA COMIDA PARA LA VIENESA!!! UN FUERTE ABRAZOS A CADA UNO!!! GRACIAS ,,.ME LLENA DE ALEGRIA BENDICIONES 😘🙏😊

  9. Esperienza forte che ci mette di fronte al fatto che siamo chiamati al bene senza doverci aspettare sempre il lieto fine, non sempre spetta a noi conoscere i frutti delle nostre azioni. Grazie Gustavo 👍

  10. Grazie Gustavo molto forte e bella. Esempio di testimonianza per la ns vita quotidiana.
    AUGURI x questo nuovo anno. BUON 2022!

  11. Grazie per questa stupenda e straziante esperienza. Ho pensato ai ricchi che se invece di un popolo di poveri, che non hanno da dare nulla, avessero gente non povera, avrebbero modo di guadagnare di più. La stoltezza loro è proprio questa; arroccandosi ai loro averi non avranno altro. Quindi la parità non e solo giustizia, ma alla fine anche convenienza. Grazie per le tue esperienze che fanno meditare e ancora Buon Anno! 🙏👍

  12. In esperienza molto forte e anche per certi aspetti molto cruda un esperienza che ci fa toccare con mano quanto in certi momenti sia dura e difficile la vita per alcune persone ! Il sacrificio di Cristian. Sicuramente non è stato vano ! Grazie Giov della condivisione di questa esperienza ! 1️⃣

  13. Grazie Gustavo di questa esperienza molto commovente e dolorosa… Preghiamo per Cristian e le sue bambine… A presto. Un abbraccio affettuoso in Gesù.

  14. Da brivido! Se pensi ai milioni di persone che vivono il dramma di Christian nelle favelas di tutto il mondo, mi viene da chiedere: perché? Chi l’ha voluta sta cosa? Quando è iniziata? Ma soprattutto, perché? Le risposte potrei pure averle..in ogni caso tu hai un cuore d’oro, Gustavo, serve molta gente che “si fa uno” e forse le cose andranno meglio..e anche se intanto si soffre in questa prigione generale chiamato pianeta terra, la speranza di un giorno migliore che le persone come te ci fanno percepire ci porta a dire che la battaglia non è ancora finita e la guerra non è ancora persa. Grazie! Buon anno!

  15. Grazie Gustavo. Come non ispirarsi a fare il nostro meglio per risanare anche le piccole piaghe della nostra famiglia umana dovunque siamo?
    Un abbraccio.

  16. Guauuu…que historia fuerte..pero tan real, Dios te conserve siempre ese espíritu de AYUDAR..abrazo enorme. 👍👏💕💖

  17. Que experiencia fuerte con Cristian, muuuy cargado de emociones,un relato de la vida real, Dios 🙏 nos bendiga siempre abrazo fraternal

  18. Gracias Gusti. Es muy fuerte, es verdad pero a la vez muy positiva para Cristian que ya estará ayudándote en tu Santo Viaje. Abrazo!

  19. Gracias Gustavo, antes que nada por tus experiencias en articulos. Que hayas tenido una hermosa Navidad y un año 2022 con salud y todas las bendiciones que necesites. Gracias por este articolo sobre nuestra amada Vida Nueva. Nunca olvidaré los primeros pasos de nueva vida, la monjita, las dudas , las Charleston con Delin y Francisco…cuanta vida detras de Nueva Vida…Muy fuerte esta experiencia que Cristian en tu amor y el de Ruben haya encontrado el amor verdadero hacia su persona.

  20. Hola Gus, gracias por compartir esta experiencia tan fuerte. Te envío un gran abrazo a la distancia y te deseo un muy buen año!

  21. Hola Gustavo, gracias por el escrito sobre Cristian … Me movió el corazón y me conmovió. Lo recuerdo muy bien a Cristian y creo tener en mi archivo de la compu la foto que me sacaste y mandaste. Pasaron 20 años y más… Espero que esté en el paraíso!

  22. Gustavo, es una experiencia conmovedora. Es verdad, cuántos Cristian habrá ayudado ese Centro!!! La vida es un misterio de dolor y amor. Pero todo es luz. Gracias por compartir esta tan experiencia tan humana.

  23. Muy triste, a pesar del esfuerzo por darle la mano para que se levante, termina en el pantano. Falta de voluntad y, sobre todo, amor por enfrentarse a las dificultades.

  24. Hola Gustavo! Muchas gracias por la experiencia, me toca de cerca ya que formo parte del grupo GEV (Grupo Esperanza Viva) de la Fazenda da Esperanca. Nos reunimos todos los lunes en la Parroquia de Juanicó, mi pueblito natal. El grupo estèa integrado por las familias de los adictos y tambièen de algunos chicos que han salido de la droga. Voy a pedirle a Cristian, que sin dudas esta en el cielo, que ayude a los chicos que estèan sufriendo el flajelo de la adicción. Es una realidad muy fuerte, hay que tener fe, confianza y esperanza en Dios.

Comments are closed.