La sabiduría de Daniel

En
el Libro de Daniel, al capítulo 13, se cuenta de dos ancianos jueces que acusan a una hermosa mujer, Susana, injustamente. El relato identifica la ancianidad con la sabiduría, pero también la posibilidad – como en este caso – de “envejecer mal” por dejarse poseer por los bajos instintos.

El relato es muy eficaz y genera, por un lado, un sentimiento de respeto hacia las personas que han “envejecido bien” y que han sabido crecer en sabiduría. ¡Qué necesidad urgente de ancianos sabios tienen nuestras sociedades modernas! Una urgencia que va de la mano del reconocimiento, de parte de la misma sociedad, del patrimonio que posee con sus ancianos.

Sin embargo, el relato pone también en evidencia la posibilidad de que el mayor tesoro de una comunidad, sus ancianos, se pervierta “envejeciendo mal”. Y esto depende de cada hombre y mujer, de cómo elige vivir su vida. Esta elección nos involucra a todos, desde que comenzamos a abrirnos con conciencia a la vida hasta llegar a la vejez.

Pero el personaje principal del relato no es un anciano, sino un joven: Daniel, un joven que “estaba entre la muchedumbre”, que grita “movido por el Espíritu” que no se hace responsable de la muerte de Susana, y pide que se proceda a un juicio justo. El final del relato es bastante conocido: los dos malvados jueces ancianos son ajusticiados por denunciar en falso.

Daniel, un joven cualquiera, me hizo reflexionar más que los ancianos. Porque si es verdad que “envejeciendo bien” nuestras sociedades pueden enriquecerse de la sabiduría de los ancianos, el relato pone en el centro a un joven “lleno de sabiduría”. Y es él quien prevalece, no obstante su juventud, sobre la sabiduría corrompida de los mayores.

La conclusión de mi reflexión me hace dos llamados de atención: saber valorizar a nuestros adultos mayores, tan descartados en nuestras sociedades enriquecidas y aún valorizados en otras culturas “subdesarrolladas”; y mantener una gran apertura y esperanza en “el grito” de los jóvenes, quienes abren el camino hacia el futuro. Y si lo hacen – también con nuestro aporte -, “llenos de sabiduría”, podemos esperar en un mundo más justo y unido.

Gustavo E. Clariá

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Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

11 Risposte a “La sabiduría de Daniel”

  1. Ni joven ni anciano, a mi edad tengo tiempo de practicar la juventud y con la ayuda de Dios, envejecer bien. El 3 de abril, si Dios quiere, te comento cómo se siente. Un abrazo.

  2. Q valioso poder asumir a la ancianidad como un valioso activo de la sociedad actual. Me encantó Gustavo

  3. Pienamente d’accordo Gustavo! Bell’articolo. Ieri,Luca mi ha fatto riflettere, mi ha detto durante la telefonata che era triste “perché il virus ci sta portando via la generazione più bella”. E’ vero, bisogna rsipettare e amare gli anziani, senza rinunciare alle nuove voci … un albero non cresce senza radici, non si può sapere dove vai se non sai da dove vieni! (Gianni, Italia)

  4. Tan cierto. Se empieza a envejecer desde que nacemos. Unos lo hacen bien, otros mal. La vejez es un camino de aprendizaje, de acercamiento a la Verdad. Deberíamos honrar a quienes lo van recorriendo con la mente abierta y el espíritu inquieto. Y aún más a quienes conservan la pureza y la inocencia hasta el final de ese camino. Y también hay jóvenes y niños sabios (Alfonsina, Argentina)

  5. Qué maravilla! Gracias por éste y los anteriores también … son un bálsamo para el alma y un aliciente para vivir el Ideal de Chiara (Juan Carlos, Paraguay)

  6. Muy lindo tu blog! Qué bueno “somos una única humanidad” y “La sabiduría de Daniel”. Hermosas reflexiones! (Manuel, Argentina)

  7. Muy buena reflexión. En Italia, la mayoría de los afectados por coronavirus son los grandes, dentro de ellos los ancianos, con toda la experiencia que da la vida! (Ernesto, Argentina)

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