Lo
había seguido en su intenso caminar, lo había visto curar enfermos, dar de comer a los hambrientos, pronunciar palabras de paz, de amor, del comienzo de una nueva era … Ni siquiera cuando sus mejores amigos lo abandonaron y hasta lo traicionaron, ella, junto a su madre y a otra María, había permanecido fiel hasta el final como testigo de aquella muerte atroz.
“Al tercer día”, narra la Escritura, fue al alba al sepulcro y lo encontró vacío. Corrió a avisar a Pedro y a Juan que constataron que el cuerpo del Maestro no estaba allí. Ellos se fueron a advertir a los demás. María Magdalena, en cambio, se quedó “llorando al lado de la tumba”. Es en ese momento que Jesús resucitado se le presentó.
¿Por qué a ella? Es una pregunta que viaja en el tiempo desde hace más de dos mil años. ¿Por qué se aparece a una mujer para que “anuncie a todos” que resucitó? Es el anuncio más importante de la fe cristiana. Si no hubiese resucitado “vana sería nuestra fe”, afirma Pablo.
Mil respuestas se han acumulado en estos más de dos milenios: teólogos, historiadores, santos, tradición, leyenda … Respuestas y explicaciones más o menos fundamentadas.
Yo me inclino por una: el amor.
Ya lo había afirmado el Maestro: “A quien me ama … me manifestaré”; y también a Pedro, antes de confiarle la guía de la comunidad naciente, le preguntó “por tres veces” si lo amaba.
Jesús, Amor personificado, se manifiesta en el amor. Y María Magdalena -muchas veces confundida erróneamente con otras mujeres del Evangelio, como la prostituta-, dio muestras de sobra de un amor fiel e incondicional al Maestro.
“Raboní”, maestro bueno, lo llama cuando descubre que es Jesús resucitado quien le habla. Y su primera reacción es abrazarlo … En su fiesta litúrgica, el 22 de julio, se lee un pasaje del Cantar de los cantares que dice: “Me levantaré ahora y recorreré la ciudad, por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma. Lo busqué, y no lo hallé. Me hallaron los guardias que rondan la ciudad: ¿Habéis visto al que ama mi alma?” (Ct. 3,2)
“Al que ama mi alma” … Sí, creo que Jesús eligió a María Magdalena para anunciar a todos el evento que cambió la historia porque estaba seguro de su amor incondicional. ¡Amor llama amor!
Gustavo E. Clariá
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Bello l’articolo pubblicato, riscopre la figura che sullo stile di Maria (silenzio) resta testimone ed espressione dell’Amore di Dio. Una ricerca e descrizione nuova (Stefano, Italia)
Una belleza, Gustavo: el anuncio de la Resurrección en boca de una mujer. Es una metáfora de la fecundidad salvífica de uno de los fundamentos de nuestra fe. Gracias por escribirlo.
Un abrazo,
Jerónimo Alayón.
Gracias Gustavo por ayudarnos a comprender mejor el amor de Cristo (Lucho, Perú)
Increíble Gustavo !!! Estas palabras son providencia. Son una respuesta a lo que me estaba preguntando (Mimín, Tenerife)
Grazie Gustavo, molto bello, buona serata (Francesco, Italia)
Amore chiama amore! Com’è vero! (Tomaso, Belgio)
Me gusta mucho como reinvidicás a María Magdalena,”Apóstolo de los apóstoles, así la jerarquizó Francisco el 10 de junio de 2016. De la que conocemos poco y que tú, magistralmente, pones en relieve en tu inspiración que desarrollas a partir de una palabra que encierra todo ese vínculo de amor: “Raboní” (Carlos, Tenerife)
Muy lindo y emocionante en este momento (María Ester, Argentina)
Sono perle preziose che ci aiutano ad essere più attenti nell’amare i propri cari. Dà un senso all’isolamento! (Antonio, Italia)
“Le mie pecore conoscono la mia voce” aveva detto…” io le chiamo per nome…”
Maria Lo riconosce quando Gesù la chiama: “Maria!”…neanche quando lo vede lo riconosce…è commovente….
Apostola de los Apóstoles!!!!