Me llamo Boris

Dicen
que los peruanos son reservados. Dicen que hasta los taxistas lo son, que por respeto o discreción permanecen en silencio por todo el viaje. Si vas con otras personas se habla entre nosotros y el chofer calla, sin permitirse seguir la charla de los pasajeros. En cambio si vas solo, el silencio es total hasta el arribo a destinación, hasta cuando pagas y dices “gracias y buenas noches”.

Llegaba de Roma con escala en Toronto. El reloj marcaba las 2 a.m. Decidí tomar un taxi “oficial”, aunque se paga un poco más, pero a esas altas horas de la noche no me pareció prudente ir arrastrando la pesada valija y la mochila con el computer, documentos, dinero … para “negociar” afuera del aeropuerto un precio mejor.

El cadete me acompañó hasta el carro y subí en silencio, con respuesta silenciosa, como esperaba.

Aunque llevo 30 horas viajando (escala incluída), decido intentar “costruir relaciones”. “El clima inconfundible de Lima –digo–, con su niebla espesa y la humedad al 90% … comienzo a acostumbrarme, no digo que me guste, pero es bueno regresar a casa …”. Del otro lado, silencio. “Estoy llegando de la ‘bella Italia’, el verano aún perdura, un sol espléndido y anoche había luna llena … ¡qué espectáculo!”.

“También aquí era muy bonita”, responde a sorpresa. “Admiro a los limeños porque con este clima opresivo deberían tener un carácter cerrado, depresivo, sin embargo no es así –sigo yo–; espero aprender de ellos, porque pienso quedarme a vivir aquí”. “Yo no soy de Lima –agrega él–, nací en Piura, en el norte”. “¡La conocí! Si no me equivoco es uno de los departamentos más poblados del País, verdad? Estuve cerca, en Chulucanas (a 50 km), en donde se fabrican esas preciosas cerámicas. Visité la localidad de los artesano y me explicaron las técnicas ancestrales que todavía hoy usan; lamentablemente no tienen ayuda del Estado que les permita ir adelante con la producción artesanal, los jóvenes prefieren ir a trabajar a los viñedos de los chilenos que les pagan un poco más de la escasa ganancia con las cerámicas. Sin embargo son un patrimonio cultural del Perú, el Gobierno debería hacer algo…”.

Advierto que el chofer comienza a interesarse de la charla. Me sorprende con una pregunta: “Cómo te llamas?”. Por un instante me descoloca: me preguntó mi nombre y hasta usando el tú, a pesar que es más joven que yo, rompiendo cualquier protocolo “políticamente correcto”! Respondo de inmediato como para no dar tiempo a eventuales marchas atrás:“Gustavo, y tú?”. “Boris”. “Alguno de tus padres es de orígen ruso”, pregunto. “No, les gustó ese nombre a mis padres y también a mí me gusta porque hay pocos ho … ¿cómo se dice?”. “Homónimos”, digo. “Sí, homónimos”. “Y sí – subrayo–, en el fondo cada uno de nosotros es único, Dios no se repite”.

En realidad, en la época de “Sendero Luminoso”, la guerrilla peruana de los años ‘80/90, encarcelaron y mataron a inocentes por homonimía con algún guerrillero. Por este motivo los niños nacidos en aquellos años tienen nombre originales. Pero prefiero no entrar en este tema y acepto como buena su simple explicación.

El viaje del aeropuerto a casa, normálmente una especie de tortura en medio de un tráfico enloquecido, a esas horas de la noche es casi un placer. Boris me está contando de su trabajo como vendedor de bienes raíces cuando termina las horas en el taxi, de su familia, de su ciudad, quiere saber de mí, ya parecemos dos viejos amigos.

Llegamos a casa velozmente, demasiado rápido para las ganas de seguir conversando. Me ayuda a descargar la valija pesada, me estrecha la mano, “Adiós Gustavo, ha sido un placer, espero que te encuentres bien en Perú”. “Gracias Boris, tal vez nos volvamos a encontrar, suerte para tu trabajo, tu familia …”. Meto la llave en el hueco de la cerradura del portón, cargo la valija y la mochila por las escaleras hasta la puerta de entrada, apoyo la valija mientras abro la puerta, quito la alarma, y noto que Boris está todavía allí, esperando que entre seguro a casa.

Gustavo E. Clariá

Visits: 2005

Condividi

Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

7 Risposte a “Me llamo Boris”

  1. Grazie Gustavo per farci conoscere il popolo peruviano e per mettere in comunione la tua esperienza che mi invita di piu’ al dialogo che apre le porte per l’azione dello Spirito Santo.

  2. Mi piace tantissimo il tuo blog, Gustavo. Tu del resto sei un cittadino del mondo, non solo perché lo hai percorso in lungo e in largo, ma perché hai un cuore grande e una mente aperta a cogliere la profondità del vissuto di ogni persona che incontri. In un momento in cui sembra più facile alzare i toni e i muri, la tua capacità di ascolto e di costruzione di rapporti veri dà speranza a chi ti segue.

      1. Realmente una experiencia entrañable la vivida con Boris. A veces estoy tan desatento a las atenciones del prójimo que me pierdo de encontrar al Jesús cercano por estar demasiado dentro de mí mundo. Me propongo volver a mirar nuevamente a mí alrededor y poder también disfrutar de todos los Boris que andan cerca mío. Un fuerte abrazo querido Gustavo.

    1. Sì, Chiara, non sono momenti facili. E’ però bello sapere che siamo in tanti a dare il nostro contributo quotidiano alla pace, tu dall’Italia!

Comments are closed.