¡Paraíso, Paraíso!

Te
pedí, como hice muchas veces, que me ayudaras; esta vez, a entrar en una cuenta de correo electrónico porque tenía que responder a varios mensajes. Tenía la clave, pero solo no lograba. Como siempre, y a pesar de que nos estaban llamando para almorzar, te hiciste cargo y resolviste mi problema con tu habitual velocidad. El almuerzo fue como todos los días: discursos serios mezclados con bromas, tu inconfundible carcajada, felices de estar todos juntos.

Juan Carlos Duque

Fuiste el primero que se levantó para llevar los platos a lavar y saliste corriendo hacia “tu” Centro Fiore, para tratar de reactivar el inmenso tanque de agua inutilizado desde hacía tiempo. Yo fui a descansar. Pasaron algunos minutos y sonó mi celular. Era Pacho: “Juan Carlos tuvo un accidente grave … pisó en falso en el techo y precipitó … falleció …”. No podía creer a lo que me estaba diciendo, mi persona rechazaba de lleno lo que mis oídos habían escuchado. Sólo logré decir “Dios mío”, “Dios mío”, “Dios mío” … no sé cuántas veces lo repetí y seguí repitiéndolo, en silencio, mientras corríamos con Mario al cercano Centro Fiore. Incrédulos, constatamos lo sucedido con nuestros propios ojos … Ese día, 5 de febrero a las 15:15, cambió nuestra existencia habitual. Ya nada era como antes y había que acostumbrarse y aceptar la realidad.

Yo, lo sabes, fui tres veces a la capilla, confundido y pidiendo explicaciones: “¿Cómo es posible?”, “hemos dado la vida para seguirte y Tú, de qué lado estás …?”. Silencio. A la tercera vez me respondiste: “todavía tienes muchas cosas que perder”. Salí casi humillado, comprendiendo que estaba muy lejos de donde habías llegado tú, Juan Carlos. Creíamos que te estabas preparando al sacerdocio … en realidad te preparabas al gran encuentro de la Vida.

Almorzando juntos con Juli y Ricardo.

Con el pasar de las horas y a fuerza de pedir “aumenta nuestra fe”, esa trágica caída que constatamos con nuestros pobres ojos, se fue transformando en un magistral “vuelo” hacia lo Alto, para los ojos de la fe.

Sí, amigo y hermano, no fue una caída sino un VUELO. Ya nos lo habías anunciado el 25 de enero, en tu ordenación diaconal. Habías recordado a S. Felipe Neri, ese genial santo toscano que, cuando lo nombraron monseñor, tiró el sombrero al aire exclamando “Paraíso, Paraíso”. No le interesaban los títulos, sólo el encuentro con Dios … allí en donde ahora estás, junto a los que te precedieron.

Adiós (= A Dios), querido Juan Carlos. Hasta que Dios quiera que nos volvamos a reunir, todos juntos, para nunca más separarnos. Nos faltará tu alegría, tus carjadas sonoras, las arepas y el pollo a la sal … tu disponibilidad y premura hacia cada uno de nosotros, tu capacidad de resolver los problemas y de “dar sabor a la vida”, tu transparencia y radicalidad de simple focolarino, amigo de Jesús. Permanecerás en nuestras vidas como un faro de luz que nos acompaña y nos guía.

Gustavo E. Clariá

Visits: 421

Condividi

Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

10 Risposte a “¡Paraíso, Paraíso!”

  1. Un abrazo querido Gustavo, hermosa semblanza de un amigo querido, que nos ha precedido en el vuelo hacia la vida, gracias

  2. Grazie di questa comunione. Non ho consciuto Juan Carlos, però la notizia della sua partenza anche a me ha suscitato un fortissimo “perché?” e un “fa crescere la mia fede”. Grazie d’aver condiviso la risposta che hai sentito, abbiamo ancora tanto da perdere per, come Juan Carlos, poter volare al Paradiso, Paradiso. Un abbraccio (Klaus, Brasile)

  3. Grazie, ci fa bene questa tua testimonianza che è un “canto” per Juan Carlos … Gli chiediamo tante grazie per tutti noi, che “abbiamo ancora troppe cose da perdere” … che ci prepari al Volo! (Gianna, Roma)

  4. Grazie, c’è da convertirsi di fronte a quello che è successo. Bello il rapporto tra voi. Ti sono particolarmente vicino (Stefano, Bari)

  5. Muchas gracias, querido Gustavo, por reconfortar nuestra alma. Juan Carlos se nos adelantó en el Camino y goza del Paraíso! (Mirtha, Talara)

  6. Gustavo!!! Riesco solo a dirti … grazie … la morte è un mistero e ci coglie impreparati … grazie davvero (Chiara, Italia)

  7. Lamento la partida inesperada y trágica de Juan Carlos tu amigo, frente a la cual no se encuentran palbras que decir. Pero Paraíso, Paraíso alivia el dolor y calma. Que Dios te acompañe. Bendiciones y un fuerte abrazo (Mimín, Tenerife)

  8. Desde la muerte de mi padre no había vivido un dolor tan desgarrador. Es mejor por ahora estar feliz así no entienda nada. Una felicidad inexplicable proveniente del Cielo (Cesar Francisco, Quito)

  9. Bellissima esperienza. Mi fa ancor di più capire che la vita sulla terra non è altro che un passaggio, per alcuni migliore, per altri peggiore. Ma la vita, quella vera è dopo. Grazie Gustavo.

Comments are closed.