Nacieron los chanchitos

Mi
segundo trabajo en la naciente ciudadela en medio de la pampa argentina fue en el chiquero … ¡Sí, con los chanchos! Eran más de 30, con 7 madres … Una enormidad para nosotros en esos tiempos de carestía total.

Comencé como ayudante de Marcos, un campesino bien experimentado en la cría de cerdos. Yo, confieso, hasta ese momento los había visto sólo en las imágenes de los libros. Pero allí no había tiempo para perder, era necesario “arremangarse”, como siempre repetía un italiano del grupo, un gran intelectual que nunca había tocado una pala … Sin embargo tenía una gran capacidad para inducirnos a trabajar, yendo más allá de nuestra total inexperiencia.

En poco tiempo aprendí a manejarme con las madres. Marcos me había enseñado el truco para voltearlas sin dañarlas ni dañarme y, así montado encima, podía vacunarlas y curar –cuando era necesario– sus heridas. Con los cerditos el trabajo era más divertido: se trataba de amarrarlos entre los brazos para perforarles una oreja en la que les introducía el número, cortarles las puntas de los colmillitos para evitar que se volvieran peligrosos creciendo, introducirles un alambre retorcido en el hocico para que no hicieran huecos en la pradera, vacunarlos …mientras el cerdito “gritaba como un chancho” (ahí comprendí el dicho).

Un día Marcos se dio cuenta de que faltaba una madre. “Ésta se fue a buscar un sitio aislado para parir”, decretó. Y no era el caso de poner en duda sus afirmaciones. “Hay que salir a buscarla”, agregó. El problema era que nos encontrábamos en la pampa, en medio de la nada … y no me parecía tan sencillo encontrar a un porcino que se había aislado en algún lugar desconocido. ¡Era como buscar una aguja en un pajar!

Para Marcos, en cambio, no era así. Sin dudar salió derechito hacia el oeste como si supiera el lugar exacto donde hallarla. Lo seguí. Caminamos como dos kilómetros y, sorpresa, allí estaba la chancha acurrucada en un lecho que ella misma se había preparado. Marcos la revisó y me anunció que pasarían algunas horas antes de que nacieran los chanchitos. Hizo planes en su cabeza y decidió que él se iría a comer enseguida, para poder suplantarme y estar presente en el momento del parto.

Lo vi alejarse hacia el este y me quedé solo con la cerda en la inmensidad de la pampa. Seguía su respiración con preocupación: “¿Y si se le ocurriese anticiparse a los tiempos de Marcos?”, pensé. Y para qué lo habré pensado. ¡Apenas desapareció la figura de Marcos en el horizonte … empezaron a llegar los chanchitos! Mi corazón latía a mil por horas. No sabía qué hacer y temía que, por mi ignorancia, sucediera un desastre.

Pero no fue así: llegó el primero y lo recibí  con una lona de arpillera entre las manos; lo limpié de la placenta y enseguida se escurrió de mis manos y se fue derechito a mamar. No tuve tiempo de reflexionar cuando llegó el segundo … Repetí el acto de limpieza, mientras notaba que tenía los ojitos cerrados, como si estuvieran pegados. Traté de abrirle el primero, pero parecía de manteca y me asusté pensando que había exagerado, por lo que me detuve y me dije “se las arreglará con un solo ojo, pero bien abierto”. Siguieron llegando, una docena en total.

Cuando regresó Marcos encontró todo en orden, con la docena de chanchitos que se amontonaban para alimentarse y la madre distendida ofreciéndose para que a ninguno le faltara su ración de leche. El milagro de la vida había sucedido delante de mis ojos y, más allá de mi inexperiencia, la sabia naturaleza se había ocupado de todo a las mil maravillas.

Gustavo E. Clariá

Visits: 339

Condividi

Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

26 Risposte a “Nacieron los chanchitos”

  1. Hay Gustavo, me hiciste matar de risa!!!!
    Que locos esos inicios, qué hermosas experiencia y cuántos frutos han dado.
    Me haces reflexionar que me hace falta animarme más a locuras como esas.

  2. Querido Gustavo, gracias por tus hermosos escritos. Que lindo que sería si pudieras escribir un libro?? Creo que mucho de los que vivimos todavía lo compraríamos para revivir una parte linda de nuestra vida que hemos pasado ahi ..porque realmente fue una GRACIA ESPECIAL!! Entonces fuerza ESTIMADO GUSTAVO CLARIA. Vos sos un testimonio viviente de locura!! Es una GRACIA ESPECIAL de los primeros tiempos !! VERDAD COMPAÑERO DE MIL BATALLAS!! SALUDOS Y ABRAZOS. SIEMPRE ADELANTE!! GRAN SOLDADO DE CRISTO!! BENDICIONES 💪💪👩‍❤‍👨1⃣

  3. Aprendí mucho, no sabía nada de eso. Es cierto, la naturaleza es sabia. Además de ser un excelente escritor me doy cuenta que admiras la naturaleza. Qué bueno! Un gran abrazo a la distancia.

  4. Grazie Gustavo della bellissima descrizione di come nascono i maialini… Proprio simile a quella di noi umani… Musica per gli orecchi di un medico… Grazie ancora. A presto. Pippo

  5. Que maravilla, como la naturaleza hace lo suyo! Gran historia estimado Gustavo, debió ser un gran momento poder presenciar ese nacimiento.

  6. Grazie Gustavo, dei bei racconti, delle belle esperienze vissute, lavorando sodo, ogni lavoro è utile e necessario, amando, sempre…grazie

Comments are closed.