Apoyo a pueblo Centro San Pedro

Los
efectos desvastantes del Fenómeno del Niño en la Meseta Andina del Perú y la iniciativa llevada adelante por las comunidades de los Focolares de Piura y Chulucanas.

A causa de los efectos desvastantes del fenómeno del Niño del 2017 el obispo de Chulucanas, Mons. Daniel Turley Murphy, invitó a los Focolares a ayudar a las poblaciones más afectadas de la Sierra. Se formó así un colectivo de 15 personas con el obispo.

Quien había recibido una ayuda necesaria para su familia, decidió usar ese dinero para llenar paquetes de víveres. Fue la primera ayuda que partió para la Sierra. “Durante estos años – cuenta Maricela – hemos hecho algunos viajes a dos poblados de la Sierra de Chulucanas, Arenales y Pechuquiz, llevando alimentos y frazadas. El 3 y 4 de agosto pasados fuimos con mi hija Marié (ambas de Chulucanas) y con José Luis (médico que vive en Piura). Arenales. Después de 3 horas y media de viaje por un camino muy accidentado, sin pavimentar, llegamos finalmente a nuestro destino: “La Meseta andina”, a 2.800 metros, en la sierra de Chulucanas. Está empezando la temporada más fría, la temperatura puede llegar hasta los 4°C.

Cuando llegamos había amanecido con una capa de hielo que cubría todo el páramo . En Arenales nos encontramos con una María, una señora de 80 años que vive sola a un km del poblado. Se dedica a tejer. Cada tanto baja hasta el arroyo que atraviesa el pueblo para lavar su ropa en el agua helada, la misma que utilizan todos para beber y preparar sus alimentos”.

“Preguntamos por la capilla –cuenta José Luis–. Quedamos sorprendidos al ver el estado en el cual se encuentra, semi abandonada. La misa una vez al año, donde se realizan bautizos, y luego permanece cerrada. Ha sufrido daños en su infraestructura debido al viento y a las lluvias”.

“Rosa y Mirian tienen 11 y 7 años –agrega Marié–, cocinan, lavan y tejen para ayudar a su familia. Su diversión, como la de muchos niños del poblado, es alimentar a los animales que crían sus padres. Son felices con muy poco y su sencillez es capaz de tocar cualquier corazón. Estaban felices cuando les regalamos una pulsera y una vincha que era lo único que teníamos en ese momento. Notamos que tienen quemaduras en sus brazos producidas por el frío”. “Pechuquiz está a media hora de Arenales y aunque tiene municipalidad y una plaza pequeña, se vive en las mismas condiciones precarias y sus actividades económicas se basan en siembra de trigo, coca y papa; además de la cría de vacas, caballos y ovejas. Alexis tiene 1 año, su mamá 19, es madre soltera. Es un niño muy risueño y, al igual que muchos otros bebés de la Meseta andina, tiene su rostro quemado por el frío. Hace dos semanas que está enfermo, pero su mamá no cuenta con medicina ni dinero para llevarlo al centro de salud más cercano”.

“Las viviendas no tienen servicios básicos –sigue el relato José Luis–, en cambio usan silos y toman agua de las lagunas que se forman afuera. La cocina es rústica, a base de leña y carbón. No tienen camas, sólo un colchón y sus telares para cubrirse… todo muy sencillo, simple, donde cualquier pequeña ayuda contribuye mucho para estas personas. En el centro poblado de Pechuquiz nos pusimos a comer sentados afuera de una casa; habíamos llevado poca comida. Mientras conversábamos con la dueña de casa nos ofreció queso, sin conocernos ni nada. Logramos experimentar el amor de Dios también de esta manera tan hermosa”.

Hicieron algunas propuestas al Teniente Gobernador de la zona: Realizar una jornada donde se pueda compartir con todos (48 hogares), desde los más pequeños hasta los ancianos. Restaurar la capilla y acondicionarla para realizar las misas, llevando un sacerdote. Llevar abrigos y ropa para el friaje, alimentos de primera necesidad, medicinas (análgesicos, antipiréticos) y bloqueadores solares. Hacer una pequeña campaña médica en la zona. Conseguir apoyo de todo tipo para las viviendas.

Próximo viaje: Sábado 28 y Domingo 29 de setiembre. ¡Se aceptan voluntarios para viajar y/o para donar! “Iremos con el objetivo de ‘hacernos uno con nuestros hermanos de la Sierra piurana’ –concluye José Luis–. Compartiremos con ellos dos días en la Meseta andina trabajando para arreglar su capilla, llevando las ayudas necesarias, con un sacerdote para las confesiones y la misa. Atenderemos a los enfermos, cantaremos, catequizaremos y jugaremos con los más pequeños”.

Maricela, Marié y José Luis

Foto © Gustavo Clariá

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2 Risposte a “Apoyo a pueblo Centro San Pedro”

  1. Grazie Gustavo. Tra due settimane puoi partire certo anche della nostra unità e del nostro supporto qui dal Belgio!!!

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