Encuentro con Tomás (tercera etapa)

Apenas
llegué a Nueva Zelanda –luego de un largo viaje lleno de sorpresas– pregunté por Tomás, un viejo amigo que se había ido a vivir años atrás a Nueva Zelanda. Me dijeron que las últimas noticias que tenían de él lo ubicaban en la región del lago de Taupo, corazón de la cultura maorí, pueblo que lo había atraído hasta el punto de tomar la  decisión de vivir con ellos y enseñar el castellano en una escuela maorí. No tenían otros datos para contactarlo. Conservé en el corazón el deseo de encontrarlo.

El Monte Cook. Aorangi, en maõri (3.754 msnm), en la región del lago Taupo, (NZ).

18 de febrero. Mis amigos querían hacerme conocer el país y organizaron un viaje hacia el centro de la Isla del Norte, donde se encuentra el Monte Cook (3.754 msnm) y el lago Taupo, el más grande de Nueva Zelanda. Lugares y panoramas espectaculares. Cada día explorábamos un lugar diferente, caminando, caminando, caminando … Ellos estaban muy entrenados, yo un poco menos … Pero por la belleza de los lugares valía la pena hacer el esfuerzo que, además, me venía muy bien a la salud y al descanso mental.

Uno de los tantos ríos helados, pero con increíbles zonas de aguas calientes vulcánicas.

Además de los paseos cotidianos para descubrir nuevos lugares, cada día llegó con su “sorpresa”. Ya en la primera misa, el párroco maõri nos presentó públicamente, dándonos la posibilidad de entrar en relación con algunos parroquianos. El primer wi-fi lo encontramos gracias a una joven madre, muy comprometida en la parroquia, la cual nos ofreció la señal de su casa. Las relaciones fueron naciendo espontáneamente y sin buscarlas: con Alice (esta joven madre), el párroco, la hermana de nuestro amigo Philippe y su esposo que visitamos, Issam un joven mexicano casado con una mujer sudafricana y padre de una niña, algunas señoras de la parroquia de Torangi …

Un día fuimos a Rotorua, cuna della cultura Maõri, y en ese día la “sorpresa” fue con mayúscula!
Decidimos explorar un pequeño lago escondido en medio de inmensos bosques. Caminamos por muchas horas, hasta que finalmente llegamos. Pensé que nos echaríamos al agua y descansaríamos, pero mis amigos querían … ¡seguir caminando! hasta la otra punta del lago, donde se veía una playita solitaria. Confieso que me costó aprobar la idea, más que nada porque mis piernas ya casi no me respondían, tanto habíamos caminado.

Nada me impedía quedarme a disfrutar de ese hermoso lugar y esperarlos allí. Pero ya había hecho noventa y ¿por qué no hacer cien?. Decidí, entonces, continuar hasta que alcanzamos la playita solitaria. Había llegado el momento de entrar en el agua y zambullirse, olvidándose de todo el esfuerzo hecho para llegar hasta allí.

Cefa, David, Gustavo y Tomás.

Y ya cuando nos estábamos preparando para regresar, escuchamos voces de chicos que provenían del bosque. En pocos segundos la playita no era más solitaria, al contrario, se había llenado de chicos y chicas maoríes, acompañados por algunos adultos. La paz del lugar, interrumpida abruptamente por la algarabía juvenil, nos estimuló a abandonar la playita.
Estábamos en eso, cuando uno de los adultos se dirigió a David saludándolo por su nombre. Luego me vio a mí y también pronunció mi nombre. Me costó reconocerlo, con el pelo largo y la barba: ¡Era Tomás, mi viejo amigo! Fue una gran sorpresa y una alegría increíble encontrarnos en un lugar tan perdido.
Hubiera bastado que eligiésemos otro día para ir al laguito, o llegar un poco más tarde, o retirarnos pocos minutos antes … y no nos hubiésemos encontrado. Las probabilidades para coincidir y encontrarnos eran realmente mínimas, sin embargo sucedió y pudimos abrazarnos felices y contarnos muchas cosas.

Regresando, siempre caminando, reflexionaba sobre las coincidencias. Y lo que más me venía en evidencia era la decisión, que me había costado, de seguir a mis amigos hasta esa playita al otro lado del lago.
Ciertas “lindas coincidencias”, además de ser un regalo de Dios, creo que se dan cuando logramos superar nuestros pequeños límites y decidimos ir hasta el fondo en lo que nos propusimos.
“A Dios rogando, con el mazo dando”, como recuerda la sabiduría popular.

Gustavo E. Clariá

Visits: 236

Condividi

Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

41 Risposte a “Encuentro con Tomás (tercera etapa)”

  1. Grazie Giov bella esperienza ! Io penso però che le coincidenze non sono casuali ma sono espressione della volontà di Dio………….alle volte basta che ascoltiamo quella vicina che c’è in noi perché tutto si realizzi ………..!! 😜😜😎😎😃😃 Un abbraccio Giov 1️⃣

  2. Ciao Gustavo! Ho letto il racconto e l’incontro a Taupo con Tomas. Mi ha molto toccato. Che esperienza forte, davvero che “coincidenza” incredibile!

  3. Leo cada envío tuyo, fallo en la devolución y el comentario con el devenir de los días, así y todo, no dejes de enviarme porque son vivencias increíbles que disfruto un montón.

  4. Bellissim questo rivedersi dopo anni con Tomas. Anche io potrei raccontare cose simili. La nostra vita, proprio perche ci laciamo guiare da Dio, si riempie con anettoti simili. Grazie Giov.

  5. Più che coincidenze, le potremmo chiamare Dioincidenze… accadono quando riusciamo ad essere Suoi strumenti….
    Grazie Gustavo

  6. Leyendo tu experiencia con Tomás, evidentemente el hombre de las coincidencias sos vos, no yo…😁😉

  7. Gustavo, siempre con tus amenos relatos que parecen casualidades, pero situándonos en luagares remotos, so son tal. Dbe haber una relación espiritual invisible pero real.

  8. Ciao Gustavo, grazie per i tuoi diari sembra essere lì con te e gioire per la bellezza della natura e come i rapporti costruiti rimangono tutta la vita 💝 Un abbraccio 🤗 e conta su elle mie preghiere 🙏

  9. Hola Gustavo. No me queda otra cosa que felicitarte !! Me parecía que yo estaba recorriendo por ahí!! y felicitarte por la buena redacción!!😄👏🙌🙌🙋‍♂️

  10. Divino mensaje creo en las coinsidencias cuando uno puso su poquito aparece la Añadidura 👍🏼💪🏽👏🏼👏🏼

  11. Admiro todo lo que pasaste en los diversos viajes conociste mucho y sobre todo encontrarte con tu viejo amigo . Valió la pena !

  12. Buenas noches. Que linda historia!! Esta vuelta la leímos con Oscar. Gracias por compartirla. Saludos de ambos. 😘

  13. Emocionante Gustavo tu relato, y conocer lugares bellos como el monte Cook, ríos helados y sus aguas calientes y aunque cansado continuaste hasta,¡oh sorpresa!, encontrar al amigo Tomás que añorabas encontrarlo y abrazarlo. Me encanta la lectura y me gustaría siguieras compartiendo. Abrazos, ¡Salve María!

  14. Bellissimo Gustavo… Tanti ricordi che mi tornano al cuore… Sono stato tante volte a Rotarua e al lago Taupo dove abbiamo anche pescato dei bei grossi pesci… Grazie di avermili fatti rivivere… Preghiamo adesso per il Perù… Un abbraccio affettuoso in Gesù. Pippo ❤️

  15. Che strane coincidenze❤️
    È vero a volte le coincidenze sono legate all’amore che qualcuno ha pensato per noi
    E noi dobbiamo buttarci in questa volontà/coincidenza🙏

  16. Grazie!!!
    E’ molto bello questo racconto. Mi hai fatto vivere una bellissima avventura con gran finale!!

  17. Que lindo !!! OJALÁ todos podamos tener esas vivencias…..me fuiste transportando. 😍🙂😄😁 en esa enorme aventura.

  18. Gracias Gustavo por esta bella y constructiva historia, me enseña que debemos caminar con decisión hasta el final.

  19. Molto bella la tua esperienza, in quella terra meravigliosa!
    Incredibile come gli angeli guidano questi incontri inspiegabili: nei posti, in capo al mondo! 👍🙏👼

  20. Sono quelle cose, che per il mondo moderno è inspiegabile, che le persone così distanti: a migliaia di km, l’uno dall’altro e ritrovarsi in capo al mondo, senza previo appuntamento; sono gli angeli del Signore, a guidarvi!
    Mi viene in mente, quando ho fatto il primo viaggio, con il Gen Rosso ed eravamo nella ex Jugoslavia, dove c’era ancora il regime di “Tito” e quindi era vietato l’utilizzo del telefono, per contattare i focolarini sparsi nella zona di Lubiana e, quasi per caso, ci trovavamo a metta strada, della nostra destinazione! Cè sempre un filo d’oro che ci collega!
    Domi!

Comments are closed.