Una solución inesperada

Lo
invitamos a almorzar, sabíamos que estaba solo y tensionado por la situación en que se encontraba.
Axel había dejado su país a las espaldas en busca de un futuro mejor, pero había ingresado al nuestro sin documentos y a través de una frontera sin custodia. Axel era un ilegal y esa era su tragedia cotidiana. ¿Si lo paraba la policía…?

Llegó a casa con atraso y no paró de hablar, de contar su situación, sin casi probar bocado.
La “electricidad” que transmitía era impresionante. ¿Cómo ayudarlo?
Podíamos escucharlo, permitir que se desahogue, era ya seguramente un pequeño alivio para él.

Y fue justamente mientras lo escuchábamos, que uno de nosotros notó que había dicho “en passant” que su madre tenía otra nacionalidad. “Pues entonces puedes presentarte aquí al consulado del país de tu madre, presentar los documentos necesarios que ella te podría enviar y sacar el pasaporte con la nacionalidad de tu madre; desde ese momento no serías más refugiado de tu país originario sino del de tu madre que tiene acuerdos con nuestro País”.

Fue algo que nadie había pensado antes, ni él mismo, y tal vez no estaba preparado para algo tan inesperado: aceptar cambiar su nacionalidad para poder legalizar su situación en este país en el que encontró refugio y hasta un trabajo en propio.

Luego de un momento de desconcierto, la sorpresiva propuesta ya no le parecía tan extraña. En el fondo, ¿era o no hijo de su padre y de su madre? ¿Qué tenía, entonces, de extraño presentar sus orígenes maternos que eran de otra nacionalidad?

Pero hay que ponerse en el pellejo de un joven teniente formado militarmente: su patria es sagrada. Presentarse con otra nacionalidad, aunque sea sólo una formalidad para legalizar su residencia y así poder trabajar, para él tal vez era una especie de traición.

Decidimos tácitamente no forzar sus tiempos. Lo dejamos con esa propuesta, indicándole eventualmente los pasos a seguir, pero respetando sus tiempos y la decisión final.

Fue una experiencia de acogida y de escucha. Y quizás esa actitud le permitió a uno de nosotros vislumbrar una posible solución.
A pesar de que su plato quedó a medio comer, Axel se marchó más sereno y con una carta para jugar.

Algunos días después, nos llama diciendo que había decidido hacerlo y si alguno de nosotros podía acompañarlo con los trámites para no sentirse solo. Así fue. El trámite ya está en marcha y dentro de pocos días obtendrá su pasaporte.

Cuando construimos relaciones positivas juntos, puede suceder que algo nuevo nazca: una idea nueva, una iniciativa, recursos impensados o, como en este caso, una solución inesperada.

Gustavo E. Clariá

Visits: 210

Condividi

Pubblicato da Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.