En la otra cara de Lima

El impacto con una realidad de la capital peruana que no conocía. Un “momento de cielo” experimentado a pesar del polvo y de la pobreza de la perifería limeña.

La bella Plaza de Armas de Lima

Estaba tentado de titular mi experiencia “en la otra cara de la Luna”, por el fuerte impacto que tuvo en mí. Pero creo que sea más correcto el título que elegí. De hecho, desde que llegué hace unos meses a Lima, siempre me moví en zonas que me dieron la imagen de una ciudad bonita, con elegantes y modernas construcciones, amplias avenidas, plazas y hermosos espacios verdes siempre muy cuidados. No puedo omitir obviamente el tráfico caótico, saturado de vehículos, ni la humedad penetrante y la capa de nubes que cubre la ciudad durante seis meses del año. Elementos incómodos pero que no cambian la imagen de la bella Lima.

Pamplona Alta (Lima)

Comenzamos el año 2020 visitando a un amigo y a su madre anciana. Viven en Pamplona Alta, a 20 km al sureste del centro de la ciudad, en “la otra Lima”. Sabía en teoría que la capital peruana surge en medio de un desierto, entre el mar y la montaña, pero en Pamplona Alta la teoría se vuelve una cruda realidad concreta e inevitable. Descubriré, luego, que los numerosos “asentamientos humanos” que surgen en la periferia de Lima son similares, que se multiplican como hongos y que acogen a más de un millón de personas.

Tumba en el cementerio municipal

El panorama, al primer impacto, se presenta desolador: cerros de tierra desnuda, sin un tono de verde, con millares de precarias viviendas apiñadas que se siguen multiplicando y el polvo que todo lo cubre. Nuestros amigos, él cocinero y ella florista, viven a 30 metros del cementerio municipal. La primera pregunta que me hice llegando, fue si el lugar era más apropiado para los vivos o para los muertos, con sus humildes tumbas, o enterrados directamente en la tierra con una cruz de madera y algunas piedras que delimitan en algún modo el espacio.

Y fue allí, en medio de esos parajes de polvo y de tierra, en la “otra cara de Lima”, que experimentamos momentos de paz, alegría y serenidad, como pocas veces sucede. Parece paradójico decirlo, pero así fue.

La casita de nuestros amigos se distinguía de las demás por su pulcritud y armonía, a pesar del polvo. El cocinero había preparado para agasajarnos unos exquisítos ñoquis a la italiana y pescado al horno con aromas especiales. Pero el ambiente armonioso y la buena cocina eran sólo el contorno del clima tan especial de familia que en esa casa se respiraba. Sí, allí, en “la otra cara de Lima”, gracias a nuestros amigos fuertemente anclados en la vida del Evangelio, experimentamos un pedacito de cielo anticipado.

Puesta del sol en Pamplona Alta (Lima)

 

Ahora sí la ciudad de Lima la llevo toda entera en mi ser. Es más, después de haber experimentado la presencia espiritual de Jesús entre nosotros, por el amor recíproco, en ese precioso lugar de perifería, ahora me pregunto cuál de las dos es realmente “la otra cara de Lima”.

Gustavo E. Clariá

 

Published by Gustavo Clariá

Nato a Córdoba, Argentina, nonno piemontese, economista, comunicatore, scrittore. Ho vissuto la metà della mia vita in Europa (Italia in particolare) e l'altra in America Latina. Giramondo, aperto alla conoscenza di altre culture. L'unità, nel rispetto della diversità, della famiglia umana, è il mio orizzonte. Cerco, quindi, di vivere la mia giornata "costruendo rapporti" di concordia e di unità. Il mio contributo alla pace.

12 Replies to “En la otra cara de Lima”

  1. Lo stesso muro, se non sbaglio, c’è anche a Lima vero? E tu andasti “da quell’altra parte” a trovare la tua gente..beati quelli che passano i muri del mondo per portare sollievo ai fratelli 👍

  2. Interesante lo que cuentas y, además, se ve que estás muy integrado y viviendo esa ciudad y esa cultura como has vivido todas las anteriores. Admirable tu capacidad de adaptación. (Pilar, España)

  3. La tua rara sensibilità ti porta a “vedere” con occhi nuovi il “bello” che diventa ciò che guardiamo con lo sguardo fisso su G.A. Grazie di questa preziosa condivisione. (Anna, Roma/Italia)

  4. Me encantó Gustavo! Me recordó una experiencia vivida allí cerca, en la parroquia Sagrado Corazón, donde preparamos una Navidad para 400 niños … el Espíritu haga reverdecer el desierto con el amor del Evangelio! (Emma, Cordoba/Argentina)

  5. Hai un modo di scrivere, Gustavo, che mi fa sembrare di stare lì e di vedere le emozioni che racconti. Grazie! (Saverio, Matera/Italia)

  6. Qué hermosa esa cara de Lima! Es la cara que más me impresiona y me da ánimo para ir adelante (Franco, Venezuela)

  7. Bella esperienza! Come disse De André, dai diamanti non nasce niente, dal letame nascono i fior … a volte bisogna allontanarsi dal centro per ritrovare quel senso di umanità che ci proietta oltre le stelle. Grazie Gustavo, buona giornata (Gianni, Bari/Italia)

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